A veces, en acaloradas discusiones con tu padre se suelen decir palabras que luego te arrepientes y sientes vergüenza al recordar haberlas dicho.

Esto no se soluciona con unas simples disculpas, ya que crispará y tensará la relación aún más. Una buena manera de pedirle perdón a tu padre es transmitirle cuanto lo sientes y que estás muy apenado, asegurándole que esto jamás volverá a suceder.

Una buena idea es revivir momentos agradables


Como complemento sería muy buena idea revivir recuerdos lindos vividos juntos, de esos que siempre están cargados de mucha emotividad. El contexto también debe jugar a favor, como lo es un ambiente distendido, una rica cena hogareña rememorando tiempos lejanos y añorados.

La bebida también debe ser elegida con total seriedad y compromiso, no debe ser una bebida agresiva en sabor ni tampoco demasiado dulce porque de un momento ameno puede transformarse en algo tedioso.

Lo importante es tratar de disfrutar con tu padre de charlas singulares y largas, escuchar sus historias y recuerdos.

Otra forma de pedir perdón es apelando a momentos emotivos con fotografías de por medio, dándole corazón y vida a esos recuerdos como son cumpleaños, bautismos, casamientos, vacaciones y otros similares que te permitan crear una atmósfera de melancolía y amor.

Una bonita canción de fondo podría ayudar mucho


La música es otro elemento a considerar si de tocar fibras íntimas se trata, podemos optar por música que sólo le agrade a tu padre o a veces puedes coincidir en gustos musicales y elegir una banda o cantantes que ambos escuchen para poder deleitarse y poner de fondo para empezar una charla de pedido de disculpas.

Lo que hay que evitar en estos casos al pedir disculpas son los mensajes por otros medios como carta, correo electrónico, mensajería instantánea, redes sociales y cualquier otro que se asemeje.

La impersonalidad que tienen los anteriores medios hacen que tu padre crea que no tienes el valor de enfrentar las consecuencias, que no tienes agallas para enfrentar los problemas y, sobre todo, que no tiene ningún tipo de sentimiento como hijo hacia tu padre. Normalmente los medios como las cartas o tarjetas en formato papel terminan siendo frías y sin coraje a la hora de enfrentar una disculpa, más tratándose de alguien a quien lo estimas mucho. 

Siempre es mejor encarar el problema cara a cara y hablarlo, no importa la cantidad de horas que haya que hablarlo, hasta que se llegue a un entendimiento y reforzar la idea que sólo fue un momento de incoherencia donde hubo un insulto de por medio y que además nunca más volverá a suceder.

Ese momento puede ser muy lacrimógeno por lo que es altamente sensible tanto para ti como para tu padre, en ese momento de reconciliación se vuelve eterno y se funden en un gran abrazo, igual a aquellos que te daban cuando niño, apretando tan fuerte hasta tocar y abrazar el alma. Así, las disculpas quedarán en un segundo plano y sólo reinará el amor, los hermosos recuerdos y el insulto será cosa del pasado pisado, lección que debe durar para toda la vida.

Conclusiones: