¿Qué hacer si mi padre me botó de la casa?

Esta situación es muy difícil de afrontar y en especial cuando llega de improviso, puesto que se está perdiendo la estabilidad y seguridad de un techo.

Sin importar las causas, lo primero es mantener la calma, de esta forma, podrás conseguir una solución a corto, mediano y largo plazo.

Puedes entonces considerar las siguientes recomendaciones para enfrentar esta situación:

#1. Conocer cuáles son las causas por las que tus padres tomaron esta decisión


Estás bien pueden ser muy diversas, ya sea porque no se colabore con los gastos de la casa, porque estés realizando acciones indebidas, porque no compartan la forma como has decidido llevar tu vida, etc.

Es importante pues, saber cuál es el verdadero motivo por si a futuro se pudiese llegar a un consenso. 

Considera que, si el motivo es por temas religiosos, sexuales, etc 

#2. Conseguir donde residir temporalmente


Teniendo en cuenta cual es la razón de la decisión, debes buscar donde residir temporalmente. De momento, por la euforia, muy probablemente no podrás conciliar con tus padres.

Podrías hablar con un amigo o familiar que permita tu estadía en su casa por el tiempo que requieras, hasta que con calma marques tu nuevo rumbo.

#3. Hablar con tus padres


Es recomendable esperar quizás un día o dos para poder hablar de forma calmada y serena. Una vez las aguas están un poco más calmadas para hacer contacto con tus padres.

Quizás sea mejor buscar reencontrarse en un lugar neutral, quizás en la casa de un familiar o si decides tomar la iniciativa de ir a la casa, debes respetar su decisión y no entrar a la casa.

#4. Buscar un mediador


De no funcionar hablar con tus padres, o conociendo el motivo, pudieses buscar un mediador que permita llegar a un acuerdo. 

Probablemente, te permitan regresar a casa, pero con nuevas condiciones que de seguro serán más estrictas. 

O quizás sea por un corto periodo de tiempo hasta que consigas tu propio sustento.

#5. Buscar un sustento independiente


Esto debería darse independientemente de la decisión tomada por tus padres. Debido a que la casa es de tus padres y este es un llamado a tu responsabilidad y compromiso hacia tus cosas.

Lo mejor es considerar que, si la decisión fue definitiva, debes asumir los gastos de mantenimiento propio, pago de residencia, comida y servicios.

Esto puede representar la reducción en los lujos que puedas tener para asumir los compromisos de pago que ahora recae a tu nombre.  

Esto será exigido incluso, si consigues que te den alojo de forma permanente en casa de un conocido. Eventualmente tendrás que colaborar y adaptarte al ritmo de la familia.

Este cambio no será sencillo, más no es recomendable tomarlo como algo malo. Tómalo como un proceso de madurez que te tocará enfrentar que al final valdrá la pena.

Por duro que parezca, evita emitir juicios y reproches hacia tus partes, puesto que merecen respeto y si esa es su decisión lo que se debe es respetar y continuar.

¿Qué conclusiones podemos sacar?


  • La radicalidad de muchos padres los conduce a botar a sus hijos de la casa, tristemente. Si estás pasando por esto como hijo, seguro te preguntarás que es lo que debes hacer para afrontar la situación de la manera más adecuada posible sin entrar en desesperación.

 

  • Más allá de las causas por las que ocurrió el hecho, es vital que te hagas la idea de que perdiste la seguridad de un techo y bien, la estabilidad que esto ofrece. Así, tu mente estará preparada para afrontar el cambio que tienes que experimentar en este momento de tu vida, para lograr encontrar una solución a corto, mediano y largo plazo para resolver el inconveniente en cuestión.

 

  • Recuerda que, uno de los consejos más útiles para ello, se basa en encontrar donde residir de forma temporal, mientras buscas otra solución. Para ello, puedes exponerle el caso a un familiar o amigo cercano que pueda alojarte en su hogar de manera desinteresada y tenderte la mano. Así, tendrás más tiempo para marcar tu nuevo rumbo.

 

  • A pesar de la molestia o tristeza que sientas, no dejes de hablar con tus padres. Busca un momento idóneo para conversar sobre el tema serenamente y de forma neutral para aclarar el malentendido y hacerles saber en dónde vas a vivir mientras consigues otro sitio. También puedes optar por buscar un mediador para llegar a un buen acuerdo con tus padres (si es necesario) y volver independiente económicamente.